Filosofía

Seleccionamos su buena cabeza y criamos al potro desde su nacimiento en continuo contacto con el hombre.

Somos pequeños criadores, es decir, hemos huido de la idea de una multiplicación masiva de animales para ir luego seleccionando y hemos optado por la dinámica europea de pocos productos, bien seleccionados a los que vamos aportando sementales de primera línea internacional que nos permitan ir mejorando la base de partida.

Por ello rechazamos caballos con un carácter demasiado “fuerte”, seleccionamos su buena cabeza y criamos al potro desde su nacimiento en continuo contacto con el hombre. Al ser pocos ejemplares, podemos programar el parto y asistirlos asegurándonos de realizar un correcto ”imprinting”.

Ulteriormente se mandan a la dehesa durante la primavera y el verano, donde en libertad y con la convivencia con sus congéneres se van desarrollando física y mentalmente de forma equilibrada, pero como nada perdura si no se insiste, cada otoño son de nuevo recogidos para traerlos a casa donde controlamos como se han ido desarrollando, desparasitamos y adaptamos la dieta a sus circunstancias para volver a acostumbrarlos a nuestra continua compañía y liderazgo final.

Nosotros los vamos adaptando a la doma de cuadra, a la cuerda y al cinchuelo y le damos una primera y livianísima monta cuando se acercan a los tres años, donde confirmamos su carácter . Luego son de nuevo devueltos en el periodo primaveral y estival a la libertad en la Dehesa que los madurará.

Obviamente, no criamos caballos media sangre y, por tanto, la evolución hacia un caballo moderno debe mantenerse en los límites de un libro cerrado de la raza y en una fidelidad racial que no se pretende abandonar.

No se selecciona por capas o colores, se pone el acento en la estructura y montabilidad y siempre buscando conservar aires y formas clásicas de la raza pero mirando darle dimensiones y facilidad biomecánica para triunfar como un caballo de deporte.

La base alimenticia de nuestras yeguas y potros descansa en los forrajes de calidad.

Para ello nosotros mismos sembramos y recogemos los henos en el punto idóneo a nuestro objetivo para asegurarnos no depender de calidades fuera de nuestro control.

Los “padocks” de los que disfrutan en invierno son sembrados de raygrass que les asegura una pastura sana mentalmente y proteica.

La dehesa en la que se sueltan en primavera y verano también la sembramos de gramíneas y leguminosas que nos aseguren su bienestar y son terrenos serranos y abiertos que les otorgan salud y fuerza, amén de un verano un poco mas liviano dentro de estas tierras andaluzas.

El box…..es absolutamente anecdótico en su vida.

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Configurar y más información
Privacidad
Llamanos!